Será que un psicólogo(a) no puede ser cristiano? ¿Será que un cristiano(a) no puede ir al psicóloga(a)?
MITOS SOBRE LA ATENCIÓN PSICOLÓGICA EN EL PUEBLO CRISTIANO
Desde que comencé con la idea de estudiar psicología en la Universidad, fue con la consciente motivación de ayudar a otros, sin saber aún los llamados asuntos del inconsciente, que quizás hoy entienda mejor del por qué me volví una profesional de la Psicología. Desde pequeña que asisto a la Iglesia, y esto asociado a los orígenes cristianos evangélicos también de mi propia familia, por línea materna y paterna. Toda mi vida asistí a la Iglesia y he formado parte de ella, por períodos más activa que otros. Me bauticé siendo adulta, y aún más, tuve mi propio encuentro con Dios, donde le acepté completamente en mi corazón y en mi vida a los 23 años. Para entonces ya era psicóloga.
A lo que apunto con esto es que nunca fue, al menos para mí, un conflicto el mantener una relación con Dios y profesar una fe cristiana, con el recibir instrucción profesional, orientada a la psicología, entendiéndola como el estudio del comportamiento humano, desde que las distintas investigaciones dieran cuenta de que no era posible estudiar, trabajar, abordar aquello que no se puede ver ni tocar: la mente. Derribando la creencia de algunos de que los psicólogos leemos la mente y conocemos los pensamientos, como una especie de brujos.
A diferencia de la psicología, que trata del comportamiento, y también del pensamiento, posible de conocer a través del lenguaje, cuando hablamos de fe, y una fe en Dios, el asunto es completamente diferente. Quienes creemos en Dios, lo hacemos por fe, la fe descrita en la Biblia en Hebreos 11:1, sin necesidad de tocar, de ver. No obstante, sin obras, no hay fe (Santiago 2:17), por lo que nuestro comportamiento, igualmente delatará nuestro pensar, y nuestra fe.
Entonces, cuando se nos iba transmitiendo las bases de lo que es una terapia, me encontraba con conceptos como vínculo terapéutico, rapport, empatía, escucha, aceptación, entre tantas otras, y yo con una alegría inmensa decía: ¡Pero a mí esto ya me lo enseñaron! ¡Dios ya me lo había dicho! ¡Dios fue mi primer psicólogo! Pues todos estos conceptos, ya habían sido enseñados en su Palabra.
Dios, ¿nos ha enseñado a enjuiciar a los demás? Leo y leo, y me encuentro con que no es así. (Mateo 7:1) Dios nos ama, y para Él somos especiales, y valiosos. Esto nos habla de nuestra autoestima. Dios nos dice que nos amemos como Él nos ama a nosotros, y eso, creemos no es poco.
Les invito a que como nosotros, como profesionales cristianos, consideramos la fe como un factor vital para el ser humano, usted lector y visitante de nuestra web, pueda motivarse a recibir apoyo psicológico de la mano de profesionales, y si tiene que ir al doctor, ojalá sea cristiano, y si va al oncólogo, ojalá también sea cristiano, y si va al odontólogo, también sea cristiano, prefiriendo hermanos en la fe. Lo esperamos, sin importar la religión que profese, la denominación a la que asista, pues es la fe en Dios, el principal concepto, es lo primero, que nos hace hermanos en la fe.
Hemos venido a servir y no a ser servidos
(Mateo 20:28)
Ps. Karla Miranda
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